Al fin llegó el momento que tanto había esperado los últimos 4 años y medio, el día de mi graduación. Terminé con clases, tareas, investigaciones, trabajos de equipo y demás actividades relacionadas con la Universidad, ahora, a festejar.
Organizar brindis, mariachi, que el desayuno de despedida, que la fotografía de generación y lo más importante..el BAILE; unos cuantos meses de planeación y todo está listo.
Momento.. Olvidaba algo, ¿en dónde hospedaré a mi familia que viene a la fiesta? rápidamente le hago una llamada a mi madre y me dice: pues fácil, expedia tiene la solución.
Así que me adentro a las inmensidades de la web y doy con una oferta en la página: Hotel Hampton Inn by Hilton Monterrey el cual me llama la atención por varios detalles.
Primero que nada el precio, bastante accesible, segundo la ubicación, en Av. Gonzalitos, justo la zona por la que me tendría que mover, aparte se encuentra justo a un costado de Plaza Real, cualquier imprevisto se podría resolver ahí, que una ida al cine, que algo del súper, algo para comer, además del otro lado se encuentra un Starbucks, Italiannis, McDonald´s, Sanborns, etc, etc.. Que más se puede pedir.
Todo pintaba de maravilla, le envío el link a mi madre, orgullosa yo del gran descubrimiento que había hecho, cuando de pronto me hace notar un pequeño detalle.. los comentarios publicados por clientes.
En pocas palabras, la descripción no favorecía en lo más mínimo al hotel; el tiempo se agotaba y urgía tomar una decisión; que hacer, tomar en cuenta los comentarios de clientes reales, que normalmente sería lo que yo recomendaría hacer, o aventurarse y comprobar por mis propios ojos el estado y servicio del hotel.
Finalmente, mi madre optó por hacer la reservación en ese hotel y esperar a que todo saliera bien.
Unos días después llega mi familia y el momento de la verdad se acercaba. Cabe mencionar que dentro de esta familia, todos y cada uno de los integrantes tenemos complejo de críticos dentro del ramo de la gastronomía y el turismo, así que el juicio sería duro.
Fuimos recibidos en la recepción, el check-in fue rápido y sencillo, llegamos a la habitación doble, la cual contaba con dos camas matrimoniales, mismas que lucían bastante confortantes, había también internet inalámbrico, televisión con cable, un baño completo, cafetera, secadora y demás implementos que suelen encontrarse en los hoteles del estilo.
Hasta el momento todo bien, al llegar la mañana, algo mejor salió a relucir, desayuno gratis, si gratis y sí, rico también. Desayuno típico de hotel, cereales, yogurt, fruta, pan, waffles hechos al momento, huevo revuelto, chicharrón en salsa, tortillas, jugo de naranja, leche, té y café.
Después de 3 noches y 4 días de co-habitar en el hotel en cuestión llegamos a la conclusión mi familia y yo que era necesario limpiar la imagen y reputación del mismo, pues básicamente no encontramos un solo detalle que nos desagradara, nada que pudiera desacreditar al establecimiento y dejarlo de recomendar.
En conclusión, si en algún momento se ven en la necesidad de hospedar a alguien en algún hotel en la ciudad de Monterrey, les recomiendo ampliamente al hotel Hampton Inn by Hilton Monterrey.
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