viernes, 11 de febrero de 2011

Año Nuevo en....¿Malinalco?

Las guías turísticas lo describen como -pueblito pintoresco el cual vale la pena visitar-, sin más información que la antes mencionada, uno como aventurero que es, se anima a ir a conocer este desconocido lugar ubicado en el extremo sur occidente del estado de México, a 65 km de Toluca.
El día elegido para la visita resultó ser nada más y nada menos que el 31 de Diciembre del 2010, sin muchos preparativos la familia se lanza a la aventura, esperando hacer un corto recorrido al ya mencionado pueblito, conocer sus atractivos y regresar justo a tiempo para la celebración del fin de año en la gran ciudad.


Claro está, que al tratarse de una familia venida del extremo noroeste de la república mexicana todo camino circulado resultó ser completamente nuevo, por lo que esos escasos 95km de la ciudad de México al mágico pueblo terminaron lográndose en un aproximado de 4 horas; con la típica parada al baño, la comida y las compras de imprevisto en la carretera; las cuales obviamente terminan aportándole una riqueza única a este tipo de -viajes exprés-.

Al llegar al pueblo nos dirigimos al centro, también conocido como plaza principal; justo en donde se encuentra la iglesia, el quiosco, la plazuela y los comercios al rededor; similar a todo corazón de cualquier pueblo mexicano.
Lo que a mis ojos llegó, no puedo más que describirlo como algo "lindo", se trataba de un mercado ubicado al rededor de la plazuela, en donde se perfilaban puestos vendiendo todo tipo de artículos elaborados en el corazón del mismo. Puestos vendiendo pan en su versión salada y dulce, había la señora que vendía tamales justo a la entrada de la iglesia, el señor de los elotes, el niño con las luces de bengala, muy a doc a la ocasión; el joven con sus figuras talladas en madera, el puesto de los antojitos, el de las artesanías en barro; todo tan lindo, tan original y tan colorido que no pude más que dedicarles un largo tiempo de mi día a cada uno de los puestos.


Así como yo, los demás integrantes de la familia se sintieron inundados por la fascinación de explorar todo lo que ese pueblo tenía para ofrecer. Sin darnos cuenta la noche nos alcanzó y la partida resultó imposible, con 95km de carretera sinuosa por delante, no se pudo más que hacer unas cuantas llamadas para cancelar la cena que se había preparado para despedir al año viejo. Lo que siguió resultó más o menos así: los jefes de la familia se dieron a la tarea de buscar algún lugar para pasar la noche, y fue así como terminamos en algo parecido a una posada, simple, sencilla, pero con lo necesario para lograr descansar. La vieja campana de la iglesia del pueblo nos avisó que el año nuevo había llegado, por mi parte no tenía más que agradecer por estar sana, tener a toda mi familia en perfectas condiciones y encontrarme a la expectativa de un pueblo nuevo por conocer.



El 1 de Enero me recibió con un café de olla y un pan dulce de pueblo, una linda vista y un clima perfecto. Para mi sorpresa, resultó ser que Malinalco cuenta con vestigios arqueológicos pertenecientes al grupo de los aztecas. Una pirámide tallada directamente sobre la piedra de la ladera de una montaña, conocida como -La casa de las águilas y los tigres-, sin duda un bonito lugar para conocer.
Igualmente se recorrió el pueblo y se ingresó al -Templo del divino salvador-, el cual tengo que aceptar es una verdadera joya arquitectónica, no sólo por su imponente infraestructura, sino también por sus ricos frescos de carácter barroco encontrados en patios contiguos al templo. Habiendo terminado el recorrido volvimos al corazón, al centro de todo, al mercado.

Esta vez por ser de mañana y el primer día del año, el lugar se vistió aún más elegante, con más puestos y maravillas para ofrecer. Se hicieron evidentes las caras de felicidad de los lugareños que con orgullo mostraban sus productos, cacahuates recién tostados, caña recién cortada y amontonada, zapote negro, zapote blanco, chicozapote, cilantro, epazote, chile habanero, calabaza, acelgas y otros tantos que sinceramente no recuerdo sus nombres, pero que sus colores jamás olvidaré. El puesto de barbacoa, el jugo y la ensalada de frutas, el pan recién horneado, el café de olla, todos esos colores, todos esos aromas, todos convergiendo en un mismo lugar, en un mismo centro, en un mismo corazón.  

Indudablemente el festejo de año nuevo no resultó como lo esperaba, pero hablando en serio, creo que me gustó más esta pequeña travesía que cualquier fiesta-alcohol a la cual pudiera haber asistido.

chicozapote, zapote blanco,
zapote negro
cacahuate tostado

epazote, cilantro

1 comentario:

  1. -a un costado de la plaza principal podrás encontrar una diminuta pizzeria en donde las elaboran al horno de leña, únicamente en las tarde-noche.. muy recomendables..!!
    -el precio de las habitaciones en ese tipo de posadas varía si se solicita con TV o no.
    -todo lo que puedas encontrar en el pueblo es sumamente económico.

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