domingo, 17 de abril de 2011

Que haría yo con un día en Ensenada

     Si me dieras la oportunidad de pasearte un único día por el hermoso puerto de Ensenada, diversas maravillas te mostraría. Asombrosos paisajes, un clima envidiable y una serie de aventuras que simplemente atraparían tu corazón, le robarían un pedazo y lo dejarían preso en lo más profundo de las aguas de su mar.
     La única condición sería: UN TACO POR PUESTO. Así es, sólo tendrías la oportunidad de probar un sólo taco, una sola tostada o un único elemento de la larga lista de lugares a los que te llevaría para que terminaras de dejar el resto de tu corazón en éste magnífico lugar. Sería tan larga la lista, que si intentaras comer más de un taco por lugar, no llegarías sano ni a la mitad del recorrido.

     El tour iniciaría contemplando la extensa costa de la Gran Ensenada, vista desde la carretera escénica Tijuana-Ensenada.




     Una vez comprendida la situación geográfica de la región, el delicioso clima, el rico sol y la refrescante brisa que inunda el ambiente continuaríamos con el recorrido hasta llegar al puerto.

     El primer lugar al que te llevaría sería a alguna de las tantas carretas de mariscos que se encuentran en el Blvd. Costero. Elegiría al "Güero" como anfitrión, por sus famosas tostadas especiales y sus frescos ostiones esperando a ser abiertos y degustados por nosotros.










     Bueno ya probaste, ya conociste lo que frescura significa en cuanto a mariscos se habla, ahora continuaría con el recorrido. La siguiente parada sería en los tacos de pescado-camarón capeados "Mi Ranchito". Son una clase de taco que tal vez habrías tenido el gusto de probar anteriormente, llevan filete de pescado o camarón capeado, fritos en manteca de puerco. La señora te preguntaría si lo quieres con todo y les agregaría repollo, salsa bandera, crema, salsa roja, salsa verde y tortilla de maíz, claro.



















     Habiendo probado estas exquisiteces y llorado por todos los malos tacos que alguna vez comiste en tu vida continuaríamos con el siguiente puesto.
     Marco Antonio nos estaría esperando en su taquería; ubicada en la calle Rayón, entre 3ra y 4ta. Con una lista de más de 15 diferentes guisados de mariscos por probar. Tendrías que elegir entre el caguatún, machaca de atún, lomo de atún, adobada de atún, bistec ranchero de atún, pescado empanizado, chicharrón de pescado, jaiba, pulpo, salmón, chile relleno de camarón, camarón en crema de chipotle y así continuaría la lista. La elección sería MUY difícil, pero al final cual fuera tu decisión la disfrutarías.






     Ya cansado, lleno y sin un hueco más en el estómago, continuaríamos. No habría tiempo que perder ni puestos que olvidar. Y así seguiríamos con un pescadito ahumado, de la ahumadora del Pacífico exactamente. Pedirías un trozo pequeño para probar y te ENAMORARÍAS del suculento sabor, nada parecido a lo que hubieses imaginado.








     Viendo tu cara de felicidad pero a la vez de preocupación te diría que el recorrido habría terminado, pero sólo por el momento. Pues aun harían falta una gran cantidad de lugares y productos por degustar. 
     Me verías con una cara de felicidad y me dirías: ¿Entonces continuamos mañana?
     Con un simple movimiento de cabeza, te haría yo sentir aliviado. 
-Mañana- sería mi repuesta.